La integración sensorial se refiere a la manera en la que nuestro sistema nervioso recibe y responde a estímulos provenientes de nuestros sentidos.

Toda la información que requerimos para realizar acciones cotidianas se obtiene por medio de vías sensoriales. Éstas son las fuentes primarias de toda función superior que queramos realizar.

El cerebro es el responsable de integrar todos los estímulos y crear aprendizajes, conductas, emociones y reacciones. Gracias a estos procesos, el ser humano es capaz de aprender, jugar, adaptarse a su ambiente, sentir e interpretar emociones, manejar, etcétera.

Cuando la información proveniente de las vías sensoriales no se logra organizar en respuestas apropiadas, ésta se ve reflejada en la vida del individuo, afectando sus actividades y rutinas diarias. Las conductas parecen estar fuera de lugar y es difícil comprender el origen del comportamiento negativo. Cuando esto sucede, es factible que nos estemos enfrentando a un caso de SPD (sensory processing disorder).
Como seres humanos, recibimos información de los sentidos en todo momento. Los oídos nos ayudan a detectar los sonidos del ambiente, los ojos nos dan la guía visual, la piel nos ayuda a detectar la temperatura, el dolor y las sensaciones alrededor de nuestro cuerpo; y el gusto y el olfato, nos proporcionan información acerca de olores y sabores.
Adicional a estos sistemas sensoriales, de los cuales todos hemos escuchado antes; tenemos otros dos que parecieran "ocultos" al conocimiento de muchos, estos son el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Estos últimos, son los encargados de decirle a nuestro cerebro en qué lugar del espacio se encuentra nuestro cuerpo, la presión que tenemos en las articulaciones la cual se encarga del movimiento, y la velocidad y la distancia necesaria para llegar a algún punto en específico. La mayoría de las personas, son capaces de organizar toda esta información automáticamente en una respuesta apropiada.

Supongamos que tu hijo necesita copiar una tarea del pizarrón, para lograrlo necesitará discriminar los sonidos y dirigir su atención auditiva a la instrucción que da el maestro, utilizará sus ojos para identificar el patrón de letras y formar las palabras, el sistema vestibular le dirá en qué posición se encuentra su cuerpo mientras lee y el propioceptivo cuánta presión necesita para tomar el lápiz y comenzar a escribir.

Todo este proceso se da de forma automática, no es necesario que el niño piense en cada uno de estos pasos para lograr una respuesta adaptable.
En caso de los niños con SPD, el procesamiento no se da de forma natural, lo cual provoca que la información no se organice adecuadamente y lo que se percibe al final, es una falla en la conducta.

Si tomamos en cuenta el ejemplo anterior, en este caso es posible que el niño no pueda copiar la tarea del pizarrón o que tarde más tiempo que los demás en lograrlo. Esta situación, llega a ser confundida como falta de atención o algún problema de rebeldía, no obstante la conducta del niño nos está diciendo que no es capaz de organizar la información de manera automática.

Para poder entender las dificultades a las que se enfrentan nuestros niños con SPD, imagina que difícil sería tener una plática con un amigo sí tuvieras que estar consciente de cada respiración que necesita tu cuerpo. Sí fuera necesario pensar cada vez que tomas aire y planear todos los pasos que necesitas para que éste llegue a tus pulmones, muy probablemente no sabrías de qué se trata la plática y serias incapaz de participar adecuadamente en ella. Esta situación es muy similar a la que se enfrentan nuestros niños día a día, al no poder realizar automáticamente procesos que se deberían dar de forma natural.
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